EDX y Cambridge University: El coronavirus cierra el círculo que se abrió con los MOOC.
I.
Si hay una universidad
conservadora y amante de sus tradiciones, también de las tradiciones docentes, ésta
es Cambridge. Eso es algo que he podido comprobar en primera persona en mis
estancias.
Su prestigio, como con motivo de
la pandemia reconocía
el propio vicerrector Graham Virgo, se ha basado tradicionalmente en la
intervención presencial, cara a cara, en las conferencias, pero sobre todo en
las tutorías, en las supervisiones y en la mentorización. Por partida
doble, tanto por parte de los profesores, en las eternas y frecuentes reuniones
en sus cubículos con alumnos, supervisándolos, como por parte de los fellows
en los colleges. Así dice:
La enseñanza en grupos pequeños
(supervisiones, seminarios o clases individuales) está en el centro de nuestra
oferta educativa y continuará en persona tanto como sea
posible. Dada la probable necesidad de un distanciamiento social continuo,
hemos decidido suspender las conferencias masivas en persona para el próximo
año académico. Las conferencias estarán disponibles en
línea; Este sistema ya existe en algunos departamentos
universitarios. Las conferencias son solo una parte de la rica
educación que ofrece Cambridge
En la época fuerte de los MOOC,
en su pleno esplendor, antes de 2016, nunca oí ninguna noticia relevante que
vinculase Cambridge con los MOOC. Probablemente hubiera algún MOOC, pero nunca
oí hablar de él.
La opinión general de los
docentes y el espíritu de la institución bien pudiera resumirse en las palabras
de Dra. Jenny
Bavidge , Directora Académica de Literatura Inglesa de ICE, en MOOCs, SOCCs
and kisses:
“Los colegas
académicos a veces expresan incertidumbre sobre cómo funciona la enseñanza en
línea y admito cierta ansiedad sobre cómo se sentiría enseñar a estudiantes que
nunca conocería en persona. Un profesor amigo mío dice que sólo puede
imaginarse enseñando a los estudiantes cuando puede "ver el blanco de sus
ojos" y es cierto que cualquier profesor de cualquier materia sabrá cómo
responden al lenguaje corporal de sus alumnos; cómo se percibe la inclinación
hacia adelante ansiosa, o el pequeño destello de comprensión o desacuerdo, un
bostezo cortésmente disimulado o un gesto de exasperación cuando habla
demasiado rápido o se ríe demasiado de su propia broma.
Además de este tipo de
atención física, el contacto visual se siente importante en el aula. Puede
incitar a alguien a hablar mirándolo fijamente, o instigar una discusión alegre
al mirar a un estudiante cuya opinión sospecha que difiere de la de la persona
que habla.”
Sin embargo, algo ha cambiado.
En el contexto de la pandemia, las
enseñanzas de pregrado (licenciatura) y
de postgrado (másteres) migraron, hay que decir de forma muy eficiente, a la
enseñanza remota de urgencia. Esto se consolida para el curso 2020-21. En vez
de vacilar como otras instituciones, algunas de las cuales presumían de
enseñanza en línea, el Institute of Continuing Education (ICE) de
Cambridge ha dado un decidido paso y ha asegurado desde el principio que todo sería en enseñanza
remota:
Estudios de pregrado
en 2020-2021: hemos pasado a la docencia remota
Nuestro formato de
impartición de cursos para títulos de pregrado está cambiando. Para el año
académico 20-21, estaremos cursando los estudios para obtener nuestros
Certificados de Licenciatura, Diplomas de Licenciatura y nuestro Diploma
Avanzado por entrega remota durante todo el año. Esto significa que
podemos seguir ofreciendo cursos de alta calidad y asegurarnos de que nuestras
calificaciones sigan siendo accesibles a nuestra comunidad global de
estudiantes.
También los másteres. Para lo que
nos interesa, el máster MSt in Writing
for Performance, como tantos otros de Cambridge, ha pasado a enseñanza
remota.
Pero en este caso la gran
campanada es que el hecho, del que hemos
tenido noticia y a continuación comentamos, apunta a algo permanente, estratégico:
a que la disrupción sucesora de los MOOC ha arraigado en los prestigiosos y
tradicionales estudios formales de Cambridge. La disrupción tiene
pues todas las trazas de que, como consecuencia del COVID, se convierte en
la nueva modalidad preeminente de enseñanza universitaria.
Nos ha llegado la noticia de la
creación y oferta de un MICROMASTER
(la versión sucesora de los MOOC de los que ya
hemos estudiado con profusión), el MicroMasters
in Writing for Performance and Entertainment Industries,
soportado nada menos que en la plataforma
EDX. Y lo más importante, junto con el uso de esta modalidad de disrupción
, es que lo hacen como una opción vinculada a un Máster oficial ya existente, al
máster MSt
in Writing for Performance.
Esto cierra un ciclo que se abrió con los MOOC: Dar paso a una nueva modalidad de enseñanza universitaria, a lo que hasta ahora ha sido una disrupción que hemos llamado enseñanza universitaria de rendimiento. Pero que la pandemia está en trance de convertir en la enseñanza universitaria más frecuente y aceptada, relegando al resto a una especie de enseñanza universitaria de beneficencia, como una especie de mínimo vital educativo. Lo que en los años cuarenta y cincuenta era la enseñanza primaria pública en España: Una opción para pobres, que no podían permitirse el ir a colegios de pago. Esta posibilidad está claramente enunciada en el manifiesto Saving Britain’s Universities - Academic freedom, democracy and renewal, de CIEO. En el informe de Jones y Cunliffe se dice que la expansión universitaria no ha brindado ninguno de los beneficios previstos para los estudiantes, el gobierno, la economía o la sociedad en general. Su extenso análisis de datos muestra que:
·
La productividad y el crecimiento económico
han caído a medida que aumenta el número de estudiantes, con las mayores
expansiones ocurridas en materias “blandas” y un gran número de graduados en
trabajos no graduados;
·
Ampliar la participación ha implicado en gran
medida canalizar a los estudiantes más pobres hacia instituciones de baja
calidad, con los costos financieros superando los beneficios para muchos;
Éste es, en resumen, lo que
analizamos como el panorama presente restringido a este caso, pero que augura
un futuro después del coronavirus que nos puede ofrecer distintas alternativas
en función de lo que las decisiones de política universitaria determinen,
orientando con ellas a las instituciones.
Desde 2016 vengo trabajando en una
time lines de la enseñanza abierta y en línea. Con este último dato, y desde
una visión particular, así quedaría el esquema que desarrollaremos en futuros
`posts:
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