El domingo, cuando bajaba a hacer mi habitual caminata a las 9, vi el quiosco cerrado, me llamó la atención, algo no era igual.
Hoy vemos cómo los quioscos languidecen, cuando no cierran. Todos recordamos la ansiedad con que en otros tiempos esperábamos que llegase la edición de Informaciones, Diario 16, El País o el nuevo número de Triunfo. También nos evocan épocas clave para nuestra historia y nuestras historias, y el papel que jugaron en ellas los periódicos, su influencia en la creación de opinión y en la toma de decisiones. Todos recordamos a Randolph Hearst y a Ciudadano Kane.
Hoy vemos cómo los quioscos languidecen, cuando no cierran. Todos recordamos la ansiedad con que en otros tiempos esperábamos que llegase la edición de Informaciones, Diario 16, El País o el nuevo número de Triunfo. También nos evocan épocas clave para nuestra historia y nuestras historias, y el papel que jugaron en ellas los periódicos, su influencia en la creación de opinión y en la toma de decisiones. Todos recordamos a Randolph Hearst y a Ciudadano Kane.
La fuerza
de la imagen contrarresta todas las argumentaciones que de forma ladina se
escriben para disimular la crisis de la prensa impresa y para que no se
produzca el efecto de profecía autocumplida como puntilla final y desenlace.
Si
queremos profundizar en el tema con datos y argumentos, podemos leer el
artículo The sky is falling on print
newspapers faster than you think (El cielo se está cayendo sobre los periódicos impresos más
rápido de lo que piensas)
de Richard
Tofel, de hace cinco días. En él se dice:
"Creemos que muchas de las personas que pueden abandonar los
periódicos impresos y revistas de consumo en papel couché ya lo han hecho... Creemos
[además] que la mayor parte del público que constituye el principal cliente, -
las familias que hasta ahora han sido suscriptores de la edición impresa, a
pesar de tener acceso a la banda ancha - los abandonará, causando efectivamente
una baja en los mercados de impresión "
Esto lo dice citando el Informe McKinsey. En él podemos encontrar
un desarrollo más extenso del tema con gráficas tan significativas como ésta:
Fuente: Global Media Report. 2015. Global Industry Overview. McKinsey & Company
Hay una derivada no despreciable si
consideramos que "eso sería una gran noticia, sobre todo porque casi todos
los periódicos todavía obtienen la mayor parte de sus ingresos de la publicidad
impresa". La conclusión es, como estamos viendo en la
realidad política de estos días en toda Europa, que este hecho
hace a la prensa mucho más dependiente y vulnerable. Una cierta libertad de
prensa, tal como la entendemos, podría desaparecer. Pero ésta es otra historia.
Lo cierto es que esta fuerte caída es
lo que sucede en la prensa de prestigio en EE UU (en la otra la situación debe
ser mucho peor) si consideramos la tabla siguiente ("circulación impresa
promedio total" de los 25 periódicos más grandes del país en marzo de 2013
y en septiembre de 2015):
La prensa en papel es un claro ejemplo
de lo que está sucediendo con todos los sectores de la producción y de los
servicios donde los procedimientos de elaboración y de circulación afectan a la
producción o al servicio de forma clave, en el corazón de su naturaleza (la
difusión deja de tener un alcance limitado a causa de ser en papel), y donde
los procedimientos digitales cambian radicalmente la circulación y la
naturaleza del producto, así como su procesamiento: La información es
actualizable de forma continua (un caso muy parecido es el de las finanzas y
la inversión).
Hay muchas más industrias y servicios
en esta situación por reunir unas características parecidas: La edición de
libros y documentos, es decir las editoriales y las librerías, la industria de la música, el
cine y el entretenimiento. De repente nosotros no sabemos qué hacer con
los libros y las montañas de discos, compactos y de los otros, DVD, vídeos, e
incluso con los pen drives que hemos ido acumulando... Si esto es así ¿qué no
les sucederá, o les sucede ya, a las tiendas de discos o de
videodiscos, de música o de imagen enlatada?
En fin podríamos seguir hablando sin
parar desmenuzando todos los casos. Sin embargo todo está resumido y analizado
de forma sintética por Christensen
(2012 y 2013) en su teoría de las innovaciones disruptivas, que glosamos y
documentamos en varios documentos y recursos (Zapata-Ros, 2014a y 2014b) y en el
libro Los
MOOC en la crisis de la Educación Universitaria. Docencia, diseño y aprendizaje.
En ellos distinguimos lo que es núcleo extensible y núcleo no extensible (Zapata-Ros, 2013) de este tipo de actividades.
En ese contexto analizamos la
universidad, y concluimos que lo que está sucediendo de forma visible no es más
que el aspecto que se manifiesta externamente, los síntomas, de una crisis similar a la que sufren las
innovaciones disruptivas. Así lo exponemos en el libro citado (zapata-Ros,
2014a) y en una serie de posts,
artículos y preprints.

Así, como consecuencia de ello, de forma semejante a
como vemos el quiosco cerrado, con el cartel de valla, en la universidad se
produce un desistimiento y una falta de confianza por parte de estudiantes y lo que es más importante por parte de empleadores,
como es el caso de empresas tecnológicas punteras (Google, Facebook, WhatsApp) que podrían parecer las más precisadas de un personal con background
científico y tecnológico.
One of the things we’ve seen from all our data crunching is that G.P.A.’s are worthless as a criteria for hiring, and test scores are worthless — no correlation at all except for brand-new college grads, where there’s a slight correlation. Google famously used to ask everyone for a transcript and G.P.A.’s and test scores, but we don’t anymore, unless you’re just a few years out of school. We found that they don’t predict anything.
What’s interesting is the proportion of people without any college education at Google has increased over time as well. So we have teams where you have 14 percent of the team made up of people who’ve never gone to college.
Donde, como vemos, dice que la
correlación entre el expediente universitario de los candidatos a trabajo y los
criterios de contratación es nula.
Esta situación de falta de confianza y de
desistimiento ha llevado a situaciones como la que indicábamos en la conferencia "La Universidad como sistema abierto de apoyo al aprendizaje y al rendimiento" del seminario "Smart University 4.0: la realidad cuántica de la universidad del futuro", en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo [presentación]
Esto también sucede más cerca:

E incluso en universidades de vanguardia como es la de Atabasca en Canadá
Si todo continúa así quizás algún día baje de casa y vea esto
Si no lo solucionamos, ¿nos llegaremos a ver una imagen semejante a la del quiosco pero con la universidad?
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